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¿Luchar o fluir?

 

Si estás aquí, en este momento leyendo esto, no es por casualidad, estás buscando respuestas probablemente a un sin sentido de la vida en el que te encuentras, así que es posible que, a partir de ahora, encuentres respuestas a algunos cuestionamientos que te estés haciendo en este mismo instante.

Has dado el primer paso. No te detengas. ¡Sigue adelante!

Luchar por definición es “trabajar con mucho esfuerzo para vencer un obstáculo y conseguir un fin” y sin duda, desde pequeños aprendemos a luchar. Vivimos en una constante y permanente lucha por conseguir lo que queremos, luchamos por nuestros sueños, luchamos por salir adelante, luchamos por ser aceptados, luchamos por ganarnos el sustento para vivir ya sea como empleados o independientes emprendiendo, por obtener un título profesional, por comprar casa propia, carro, etc. En general nos pasamos la vida luchando por tener cosas que no necesitamos. Vivir en esta permanente carrera sin fin por luchar por lo que queremos nos conduce a vivir cansados y agotados, una vez conseguimos lo queremos, nos damos cuenta de que no es suficiente y seguimos queriendo más. En otras palabras, enfocamos la vida en el bien tener y no en el bienestar.

 

Fluir, por otra parte, es “brotar con facilidad y abundancia” y es que cuando vivimos en armonía con la naturaleza de nuestro ser podemos fluir, estar en sintonía con el universo y obtener lo necesario para sentirnos en paz, armonía y amor. A lo mejor, en muchos casos podemos obtener bienes materiales con los que viviremos cómodamente pero solo serán una consecuencia de fluir del Ser.

 

A continuación, algunas herramientas con las que fluimos y nos sincronizamos con el universo:

 

 

ACEPTAR:

Aceptar a las personas y situaciones como ocurran, esto quiere decir que este momento es como debe ser porque en el universo todo es como debe ser. Cuando luchas en contra de este momento, estás luchando en contra de todo el universo. Aceptar las cosas como son y no como deseo que fueran en este momento. Todo lo que sucede en el mundo es justo y necesario para quien lo vive, en otras palabras, todo es perfecto y necesario para cada quien, cada uno es correspondiente con las circunstancias que experimenta porque tiene algo que aprender.

Renuncio a cambiar al otro y trabajo sobre mí mismo. Cuando nos sentimos enojados o frustrados por algo o alguien, recuerda que no estamos reaccionando a la persona o a la situación, sino a nuestros sentimientos sobre esa persona o circunstancia. Y una cosa más, estos son nuestros sentimientos y nuestros sentimientos no son culpa de nadie más. Cuando renuncio a cambiar al otro, estoy renunciando a agredir a los demás, aceptándolos como son. En el universo lo que más se respeta son las experiencias de cada uno, cada uno es como tiene que ser, no me corresponde hacer que el otro cambie, yo agredo al otro cuando intento que el otro cambie, solo me corresponde el arte personal, cómo hago para trabajar sobre mi como un artista trabaja sobre su obra, cómo todos los días aprovecho las circunstancias en las que estoy inmerso para limpiar mi propia ignorancia y no la de otros. Aceptar que no puedo cambiar al otro, pero si puedo ser un ejemplo, para que, a través de la admiración, los demás quieran tener los mismos resultados que tengo.

Reconozco que lo que me molesta del otro, no está en el otro, sino que se genera en el deber ser. Y es que el deber ser es solo para mí y no para el otro. Quien comprende al ser humano es un ser evolucionado. Un ser evolucionado, es quien no juzga, no critica, no invalida al otro. Entiende que cada ser humano hace lo mejor que puede con las herramientas que tiene.

 

ASUMIR:

Asumir mi responsabilidad, es renunciar a culpar a los demás por mis resultados, inclusive renuncio a culparme a mí mismo. Lo que hoy estoy viviendo en mis relaciones personales y familiares, problemas de escasez, problemas de salud, problemas en el lugar de trabajo o donde vivo, son resultado de mis decisiones y no son culpa de nadie más. Hay un significado detrás de cada situación y este significado es parte de nuestra evolución.

Necesitamos aprender a tomar decisiones y hacernos cargo de nuestros resultados, me hago responsable de mis resultados. Las experiencias que vivo actualmente son consecuencia de mis decisiones en el pasado, no son culpa de otros. Construyo el futuro con las decisiones que tomo hoy. Cuando asumo la responsabilidad, desarrollo la habilidad de tener una respuesta creativa a la situación que se presenta, todos los problemas contienen la oportunidad y ese nivel de conciencia me permite transformarlo en una situación mejor. A la vez dejo de hacerme cargo de los resultados de los demás porque si no, no les permito continuar con su aprendizaje.

 

 

ACTUAR:

Actuar con sabiduría, es hacer lo que tengo que hacer en el lugar que me corresponde. Renunciar a reaccionar, renuncio a defenderme, a defender mi punto de vista, a la necesidad de convencer a otros de mi punto de vista. Cuando estamos defendiéndonos, culpamos a otros y no estamos aceptando el momento como es, viviendo en permanente resistencia, gastando cantidades de energía. Cuando renunciamos a defender nuestro punto de vista, cuando renunciamos a tener la razón, no permitimos que se inicien discusiones, de ahí el sabio dicho que “para pelear se necesitan dos”. Si dejamos de pelear y de poner resistencia, podremos experimentar el “presente” de manera total, lo cual es un regalo y es por eso, por lo que, se llama “presente”.

Renunciar a competir con el otro.

Renunciar a luchar también ocurre cuando aprendemos a servir dando lo mejor de nosotros en donde estamos. Eso es cuando aprendo a amar esa función (trabajo con el que me gano el sustento). Esa función dejará de corresponderme cuando aprenda a amarla.

Dejar fluir las emociones y los sentimientos, pero aprendamos a analizar en donde se originan.

 

Al dejar de seguir el camino de la lucha y comprometernos con seguir el camino de la no resistencia, esto nos conduce a un camino sin fricción y sin esfuerzo. Cuando tenemos la combinación de aceptar, asumir (responsabilidad) y actuar con sabiduría (no defenderme), experimentaremos el flujo de la vida sin esfuerzo, fluiremos en sintonía con el universo.

Por Lina Vargas

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